martes, 25 de junio de 2013

Observamos las Plantas


Desde el principio teníamos claro que debíamos comprobar de forma "científica" la influencia del aire, agua, sol y tierra en los seres vivos.
La forma más fácil era crear un pequeño huerto en el que pondríamos variables para medir esa influencia.

Lo primero que hicimos fue colocar las semillas, que habiamos traído de casa, en agua para que germinaran.


Después de unos días, cuando ya tenían unas raicillas, las sembramos en semilleros.
Hicimos tres filas:
  1. Sembramos en arena
  2. Sembramos en tierra de jardín (humus)
  3. Sembramos en tierra de jardín ( no vamos a regar esta fila).





En las tres filas pusimos la misma semilla y en la misma cantidad


El resto de semillas las pusimos separadas, en semilleros individuales, que nos podrían servir para experimentos futuros.


En junio hemos comprobado que:
  1. Las semillas de la arena, sí han nacido, pero necesitan más agua. Al final se fueron secando. Las alubias duraron más. Los puerros solo unos días.
  2. La fila que no regamos, no nació nada.
Conclusión: Las plantas necesitan agua y un suelo fértil



INFLUENCIA DE LA LUZ


¿Las plantas necesitan la luz del sol? ¿Para qué?


Para comprobarlo, fabricamos una cámara oscura con una caja.
En ella colocamos un semillero con lentejas.

Los primeros días cuando abríamos la caja para regar, veíamos que la planta se alargaba, buscando la poca luz que entraba por el agujero de arriba y se retorcía.
Poco a poco, la planta se fue poniendo amarilla hasta que, finalmente, murió.

Las plantas necesitan la luz para fabricar su propio alimento



ZIPI Y ZAPE



Nos pareció gracioso hacer estos semilleros. Son Zipi y Zape. Se diferencian en el pelo. A Zipi lo regábamos todos los días, pero a Zape, no. Se quedó calvo.


EL TRIGO  ENTRE ALGODONES


Javier nos trajo de casa semillas de trigo, germinadas en algodón.
Se quedaron en el rincón de plantas. Lo regábamos y parecía que crecía y se desarrollaba muy bien y que no necesitaba la tierra.
No fue así, al final se secó después de ponerse amarillo.



El resto de las plantas, que cuidamos con esmero, se pusieron grandes, verdes, frondosas...
y las trasplantamos a un recipiente más amplio.